Nació el 7 de mayo de 1922 en Johnstown,
Pensilvania. Después del instituto se alistó en los marines, que le invitaron a
la Escuela de Fotografía. El 28 de agosto de 1945, su unidad se convirtió en
una de las primeras en entrar en Japón. O´ Donell era un sargento de infantería
de Marina de 23 años cuando se le enconmendó documentar los efectos de los
bombardeos, y paso siete meses fotografiando la devastación de Japón. Su primer
objetivo fue Nagasaki, gran parte de la cual había sido destruída por una bomba
atómica el 9 de agosto de 1945, tres días después de que Hiroshima sufriera un
ataque similar.
Fotos impactantes:
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Un niño llevando a su hermano
muerto al crematorio.
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Aula de niños sentados en sus
pupitres carbonizados.
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En Hiroshima y otras ciudades que habían
sufrido bombardeos con armas convencionales llevaba dos cámaras: con una sacaba
fotos para el ejército, con la otra para él.
Cuando regresó a su casa, tras la guerra, metió los
negativos de sus fotos en un bául y lo cerró con llave, se sentía emocionalmente
incapaz de verlas.
Cuando al
cabo de medio siglo, por fin pudo hacerlo, sintió tal repulsa que se lanzó a
protestar contra las armas nucleares. En 1995 publicó un libro en Japón con
muchas de esas fotos y una década después un libro en Estados Unidos. Dio
conferencias y monto exposiciones en ambos países. La obra de O´Donnell fue
objeto de polémica en 1995, antes de que el National Air Space Museum,
exhibiese el Enola Gay, avión B-29 que había bombardeado Hiroshima.
Después de
la guerra, O´Donnell se trasladó a Washintong y durante un breve periodo
dirigió su propio estudio de fotografía. Según su mujer, se convirtió en el
fotógrafo oficial de la Casa Blanca, gracias a conexiones familiares.
Como
fotógrafo presidencial, O´Donnell capturó las imágenes de Harry Truman y el
general Douglas MacArthur, dándose la mano en su reunión en Wake Island durante
la guerra de Corea; de la discusión en la cocina entre el vicepresidente
Richard Nixon con el dirigente soviético Nikita Jruschov y el del presidente
Jonh Kennedy, decidiendo si seguir adelante con la invasión de la bahía de los
Cochinos. También fue el autor de la foto de John Kennedy haciendo el saludo
militar ante el féretro de su padre; firmó y vendió copias de esas fotos, tras
su jubilación de la Casa blanca en 1968.